Últimas Noticias. pp: 16-17

Quién lo diría. En el río Guaire todavía hay un remanente de la fauna que durante las primeras décadas del siglo XX adornaba sus riberas. No en abundancia, pero sí sobrevive a los sinsabores que por encima se ve que dejan las aguas del principal caudal de la capital.

Garzas, palomas, perros, babas, lapas y hasta una pantera se nutren del surco de agua, que aunque contaminado por los desechos residuales de toda Caracas, les da vida.

A lo largo del cauce se observan grupos de aves contemplando el paisaje. No se puede decir que están a la caza de un pez, pues hace décadas que el famoso bagre del río (rhandia guairense), emigró. 

Se dice que está restringido a la cuenca del río Tuy, precisamente por la amenaza de la contaminación y la modificación de su ambiente. 

Las garzas, las palomas y los pájaros negros, que tienen un peculiar canto “cristofué”, son los asiduos visitantes.

Se les ve a menudo en su recorrido por la Francisco Fajardo. Dicen los citadinos que en las mañanas salen del parque de Caricuao, recorren las riberas del río y en la tarde regresan a sus nidos.

También hay zamuros pequeños que bajan a los lados del caudal donde se acumulan restos de desechos orgánicos.

Ya en el trayecto que comprende Los Caobos y su límite con el Jardín Botánico, hay una fauna más pequeña y colorida compuesta por una población de mariposas que bajan del Ávila en su afán de continuar con su cadena alimenticia. La colonia se está haciendo extensa, pues encontramos flores y matas donde están haciendo la fase de polinización. 

Argelia Silva, adjunta a la presidencia del Jardín Botánico, dijo que está predominando mucho esta especie en las orillas del Guaire a raíz de los incendios en el Ávila. Además por el embaulado es normal ver roedores, lagartijas y algún rabipelao.

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EL HOMBRE, LAS PLANTAS Y LOS ANIMALES EXPUESTOS

-Cuidado. Si una persona está infectada, los microorganismos o sus huevos salen por las excretas, y éstas infectan las aguas y suelos. De allí la importancia de vacunarse.

-Prevención. Cuando usted encuentre a un animal vulnerable, las sociedades protectoras de la fauna son un buen refugio. Busque información por el 0212-833.8063.

-Árboles. A pesar de la contaminación, la flora es rica en el Guaire. En caso de encontrar una especie en peligro, notifique al Jardín Botánico por el 0212-605.3984.

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Leyenda urbana

Las babas se hicieron famosas con su aparición el año pasado en el sector de Macarao. 

La gente comenzó a hablar de una leyenda de unos animales que se habían comido 14 perros, hasta que dieron con una baba mediana tomando el sol en medio del río.

Inmediatamente a ese hallazgo los moradores descubrieron otras cuatro. El Ministerio del Ambiente se acercó al lugar para sacarlas y llevarlas a un sitio más apropiado, pero fue infructuosa la labor. 

A la fecha, los residentes de la comunidad de El Manguito dicen que la familia de babas creció. Ahora la gente teme que los niños se acerquen al río. 

En el otro extremo, hacia El Encantado, la fauna cobra más vida, pues allí el caudal es más libre y está rodeado de montaña que le cubre las espaldas. 

En esa extensa vegetación las aves anidan sin restricción, al igual que lo hacen las ardillas. 

En ese lugar hay lapas, báquiros, perezas, una pantera grande y además, los moradores cuentan haber visto huellas de tigre.

Lo que sí no existe son los peces. Incluso en el lado que ya sale para el estado Miranda, más allá de Mariches, quienes buscan su sustento en el Guaire, como el señor José Salcedo, dicen que la fauna acuática es inexistente. 

Aún con este remanente de animales, el Guaire tiene mucha vida por delante. 

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EN LA HISTORIA

Guillermo Durand, cronista de Caracas, dice que ya en la época de la Colonia y también en la República hubo sucesos ligados al Guaire. Primero juzgaron a un hombre que “ahogó” un retrato del rey Fernando VII. Pero en la República hubo grupos que organizaron protestas en defensa del río, pues ya veían que se estaba empezando a deteriorar. Lo exigían para preservar la flora y la fauna. 

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LA CONTAMINACIÓN NO OPACA LA VEGETACIÓN

MSG.

Caracas.

Durante la época de sequía o cuando hay lluvias frecuentes, en las orillas del Guaire es común ver una abundante vegetación. Quizás en verano están más secas, pero igual ya están las semillas que se van a fertilizar con los nutrientes propios del río.

Argelia Silva, adjunta a la presidencia del Jardín Botánica, explicó que la vegetación a lo largo de este surco de agua se mantiene porque el sistema hídrico hace que se dé una constante reforestación.

Dijo que los árboles no son tan grandes como los caobos, mijaos, palos grandes, jabillos o bucares, precisamente por el embaulado que no los deja crecer. 

Pero sí hay un importante desarrollo de arbustos y gramíneas porque tienen una alta disponibilidad de agua, la cual, aunque esté contaminado con desechos fecales, tienen sus mecanismos para autodepurarse y mantener el oxígeno. 

Por eso, señaló, hay un verdor importante y es muy valioso que no eliminen esa cubierta vegetal, pues además se están produciendo flores y una gran cantidad de semillas queda en los suelos para luego germinar cuando llegan las lluvias. 

“A pesar de que está contaminado, el río Guaire muestra una belleza de la vegetación caraqueña. De allí la importancia de mantener limpios los cauces de las quebradas que lo nutren, pues no está expuesto a agresiones de químicos y, por ello, vemos que existe una vegetación y una población verde que está siendo espontánea”.

Incluso la gran cantidad de insectos ayuda al mantenimiento de las plantas.

Lo que sí recomienda la experta, es quitar los ficus que crecen en la estructura del embaulado, pues son árboles que tienen raíces fuertes y destructoras. Se les ve en las columnas y debajo de los puentes, en medio del concreto.

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AGUAS LLENAS DE VIRUS Y DE AMIBAS

MSG.

Caracas.

El hecho de vivir al lado de una corriente de agua contaminada, en este caso el río Guaire, que transporta una altísima cantidad de materia orgánica infecciosa donde se une todo el desecho de humanos, es como estar al frente de una bomba biológica. 

Luis Echezuría, pediatra epidemiólogo y jefe del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Central de Venezuela, dice que en esa bomba biológica se combinan virus, parásitos y bacterias que contagian hepatitis A, E, las salmonelas, figelas y todas las enfermedades que fluyen por el tubo digestivo. 

Además, están los componentes de la amibiasis, que se encuentran en la materia orgánica desechada por el humano.

Por otro lado, están las descargas de productos químicos y biológicos, los cuales son altamente nocivos para la salud. “Eso cae al río, se transporta en él hasta llegar a las playas de Rio Chico, donde de nuevo se expone a las personas a una alta probabilidad de enfermarse, no sólo con males asociados al sistema gastrointestinal, el hígado, sino que también se puede ver afectado en los ojos, oídos y la piel”.

“El Guaire dejó de ser un lugar de convivencia para convertirse en un potencial peligro para la salud. Todos los países del mundo han encontrado la solución para canalizar las aguas servidas y otras formas de drenajes, pero aquí esos planes son lentos”.

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EL CÍRCULO VICIOSO

Aparte de esta descarga contaminante, el doctor dice que también el ecosistema marino (ya en el estado Miranda) se ve en serias dificultades. Los mariscos, moluscos y crustáceos están expuestos a ese material orgánico y pasan a formar parte de la cadena infectocontagiosa.

De allí provienen las alergias, las intoxicaciones, las diarreas, la conjuntivitis y la dermatitis. 

Sobre todo estos casos son mayores en épocas de vacaciones, cuando las enfermedades hídricas están rondando en el ambiente. 

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Transcripción y montaje: Carlos Marín.