Tragedia del Guaire del 4 de noviembre de 1949 No 1: El Guaire amaneció de furia
El viernes 4 de noviembre de 1949, Caracas amaneció repleta de nubarrones. Densas gotas borraban la silueta del Ávila. Más que la ventisca, lo que resaltaba era la compacta masa de agua que caía sobre el valle. No había indicio en el cielo para una leve esperanza, algún resquicio azul como para decir: “Ya va escampar”.
Los testimonios concuerdan en este punto: la lluvia no cesó desde las primeras horas de la madrugada, fenómeno que se agravó a partir de las 10 de la mañana. A esa hora, la lluvia se desató con fuerza, sobre todo en Las Adjuntas, sector donde se unen los ríos San Pedro y Macarao.
Tito Pérez, vecino de esta zona de Caracas, agricultor de profesión, llamó por teléfono a la Comandancia General de Policía para informar, a las 12 del mediodía, que el río se estaba saliendo de control. Cuando el río suena, es porque piedras trae.
Era el inicio de la catástrofe que causó al menos 6 fallecidos, 3 mil damnificados y más de 50 millones de bolívares en pérdidas materiales en Caracas.
Una bomba de tiempo
Las radio-patrullas salieron a alertar del peligro a los barrios más vulnerables emplazados en las cercanías de puentes y zonas aledañas. Los vehículos policiales y los camiones de bomberos, sorteando la incesante lluvia, hacían sonar las sirenas. Por medio de parlantes, avisaban a los habitantes que debían desalojar sus viviendas.
Mientras más voceaban las autoridades, más estallaba el ruido poderoso de la lluvia contra los techos desnudos de lata y zinc. Mejor nos quedamos, decían. Aquí estamos bien. Los habitantes “…no hicieron caso en la creencia de que les estaban pidiendo la desocupación de los ranchitos donde vivían”, se lee en Últimas Noticias. Cada segundo contaba.
En cuestiones de minutos, el nivel del Guaire empezó a subir transformándose en un turbulento amasijo de agua y lodo. Las barreras naturales fueron cediendo a lo largo de sus 72 kilómetros; avenidas, calles, depósitos, hospitales, industrias, casas y barrios enteros empezaron a ser barridos con violencia.
O correr para salvarse; o morir arrastrado por las aguas. Así se abría la cadena de eventos trágicos de aquel viernes 4 de noviembre de 1949, donde el río desató su furia para llevarse todo a su paso. Caracas mostró su lado más vulnerable, más humano.
Desde Antímano, pasando por San Martin, Las Fuentes, El Paraíso, Quinta Crespo, San Agustín, Los Caobos, Los Dos Caminos y Petare, las imágenes y las noticias de aquellas horas superarían el terror de la inundación de 1892.
La corriente no perdona
La corriente mostró su cara más terrible a partir de las 2 pm. A esa hora, el río arrancaba, como barajitas, los ranchos debajo de los puentes que desde finales del siglo XIX se habían edificado sobre el histórico río.
“Para darse una idea exacta de lo que fue la inundación baste decir que la altura de las aguas alcanzaba hasta tapar los techos de las casas situadas en la ruta que seguían y hasta llegaron a pasar por arriba de los puentes; los automóviles, autobuses, camiones o infinidad de vehículos desaparecían bajo las aguas y eran arrastrados por muchos kilómetros”, se lee en la crónica de El Universal.
Muchos lograban escapar del torrente y veían cómo desaparecían sus propiedades y sus años de esfuerzo; otros sólo lloraban su suerte, buscando entre los escombros algún electrodoméstico que pudiera salvarse; otros, ayudaban en las operaciones de salvamento improvisadas…
Con el transcurrir de los minutos, se sumaban los desaparecidos y la incertidumbre aumentaba. Los heridos fueron abarrotando el Puesto de Socorro y otros dispositivos de primeros auxilios del centro de Caracas.
En las zonas de Bello Monte, El Rosal, Sabana Grande, Chacao, La Carlota, Dos Caminos, el miedo se contagiaba rápidamente: “Las mujeres sobre todo gritaban: -¡Huyan que ahí viene el río! Algunas de ellas con los útiles más necesarios en las manos y otras con sus hijos pequeños en los brazos corrían en todas direcciones”.
En medio de la tragedia empezó a correr el rumor de que el dique de Macarao se había roto, y que la inundación iba a empeorar. Rumores iban y venían.
Pérdidas millonarias
¿Podemos imaginarnos hoy, a setenta dos años de distancia, al Guaire desbocado tocando las barandas del puente 9 de diciembre de San Martín? Aquella imagen dantesca pudiera ser exagerada; pero los reportajes gráficos de la tragedia no dejan lugar a dudas.
El Almacén Ibero-Americano, por ejemplo, ubicado en los alrededores del Puente Soublette, perdió más de 2 millones de productos; allí el agua subió hasta 5 metros de altura.
Los laboratorios Pulmobronk, la fábrica de tejidos La Tricotense, la editorial Atlántida, la compañía de seguros La Seguridad, entre otros establecimientos comerciales ubicados también en la zona de Quinta Crespo y San Agustín, sufrieron pérdidas en más de 2 millones de bolívares.
Las amplias zonas de sembradíos de legumbres y hortalizas que se extendían por la ciudad, fueron arrasadas en su totalidad, sobre todo las que se ubicaban en La Vega, Sabana Grande y Dos Caminos.
Según el conteo de las autoridades de rescate, para el sábado 5 ya habían ingresado 1126 personas a los refugios habilitados en la Cárcel Modelo, Barracas de Sarría y a los Garajes de Radiopatrullas. Más de 1500 familias perdieron sus casas y enseres domésticos.
Caracas colapsada
Puente Hierro, Puente O’Higgins, Puente Restaurador, Puente Jacinto Lara, Puente Dolores y Puente Sucre: todos estos puentes de Caracas soportaron a duras penas los embates de las aguas del Guaire, aunque algunos llevaron la peor parte.
La Maternidad Concepción Palacios, ubicada en la avenida San Martín, fue desalojada de emergencia: “Camas, colchones, instrumentos operatorios y clínicos en general, se perdieron irremisiblemente. La altura de las aguas en esta oportunidad, fue record, en relación a las inundaciones anteriores, en que éstas no habían rebasado una altitud superior a un metro setenta; esta vez el líquido elemento se elevó a dos metros veinte en algunas dependencias de la Concepción Palacios”.
El Hipódromo de El Paraíso se anegó en su totalidad, provocando incluso la lesión de varios caballos y la muerte de algunos desafortunados.
En el Cuartel de La Planta, el agua dañó numerosos equipos e instalaciones.
Las víctimas
“Las fuentes oficiales admitían que los muertos podían pasar de veinte, pero las personas que se situaron en lugares de buena observación, afirmaron que habían visto ‘pasar’ cerca de ochenta víctimas”, se lee en la primera página de La Esfera.
“Las gentes que pudieron escapar, quedaron sin hogar y se les veía transitar por las calles en busca de asilo o, con la desesperación y el llanto en sus rastros, tratando de localizar a familiares desaparecidos”.
El domingo 6, a dos días de la tragedia, la prensa caraqueña daba cuenta de al menos 6 víctimas fatales. Los cuerpos de investigación policial, adscritos a la Seguridad Nacional, recibió más de 100 de denuncias de desaparición de personas.
Muchos cadáveres aparecían hasta 4 kilómetros de distancia, como en el caso del inmigrante de origen portugués, Juan Da Silva Grove, cuyo cuerpo fue encontrado en las orillas del río a la altura de Carapita. “Testigos oculares del desgraciado suceso, cuentan que accidentalmente cayó a las aguas en Antímano, siendo inmediatamente envuelto por el torrente. Todos los esfuerzos que realizaron numerosas personas para salvarlo, resultaron infructuosos”, se lee en otra crónica.
“¿Quién puede creerlo?”
El domingo 9 de noviembre las aguas del Guaire amanecieron como casi siempre: calmadas, apacibles. Según la crónica publicada en Últimas Noticias, centenares de curiosos se aproximaron a los puentes del Centro de Caracas para observar los estragos de la inundación con suma curiosidad.
A continuación, a manera de cierre, vamos citar un pasaje para el lector:
“…Un borrachito dijo la frase más adecuada: ‘Este río si es hipócrita. Después de la gente que mató y los corotos que arrastró, mírenlo ahora que tranquilito y manso está. Cualquiera se engaña, pero yo lo conozco bien, señor. A mí no me engatusa de nuevo’, y se marchó con paso zigzagueante. (…)
Bajo los faroles de los puentes y sitios bajo la sombra, se agrupaban los mayores, los hombres de experiencia. Tras mirar por un buen rato los estragos de la inundación, alguno de ellos comentaba: ‘Yo nunca había visto nada igual desde el año 45’. Otro le interrumpió para decir: ‘¡Que va, viejo, aquella no fue ni la mitad de lo que es esta!’. Y como estas conversaciones, sorprendimos muchas y muy variadas.
Entre los que comentaban había un damnificado, un hombre joven que había perdido su casa situada bajo el Puente Dolores. Le decía a un amigo: ‘Yo lo que quiero es que el Gobierno me dé nada más que un terrenito para volver a levantar mi rancho”.
El compañero asentía con la cabeza y no cesaba de decirle que no cometiera la tontería de volver a construir su ‘casa’ bajo ningún puente: ‘Esto siempre se repetirá”.
[Continuará]
Fuentes hemerográficas
-“Muerte y destrucción en Caracas”. La Esfera. Caracas, sábado 5 de noviembre de 1949.
-“Aumentan los desaparecidos. Rescate de cadáveres comenzó anoche”. Ultimas Noticias. Caracas, sábado 5 de noviembre de 1949.
-“Catástrofe de proporciones incalculables motivaron en sectores de esta ciudad ayer las lluvias torrenciales”. El Universal. Caracas, sábado 5 de noviembre de 1949.
-“El desbordamiento del Guaire: Una extraña muerte y un puente roto hubo que lamentar en la zona del Este”. La Esfera. Caracas, domingo 6 de noviembre de 1949.
-“Pierde en 10 minutos el trabajo de 30 años de trabajo”. La Esfera. Caracas, jueves 10 de noviembre de 1949.
-“En sectores comerciales de las zonas afectadas los daños no han podido ser calculados todavía”. El Universal. Caracas, domingo 6 de noviembre de 1949.
-“Entre La Vega y Puente Hierro las pérdidas fueron cuantiosas”. El Universal. Caracas, domingo 6 de noviembre de 1949.
-“El cadáver de un portugués apareció ayer en las márgenes del río Guaire”. El Universal. Caracas, miércoles 9 de noviembre de 1949.
-“Aumenta el número de desaparecidos”. Ultimas Noticias. Caracas, sábado 5 de noviembre de 1949.
-“Un domingo original. Centenares de personas se dedicaron ayer a recorrer las zonas devastadas”. Últimas Noticias. Caracas, lunes 7 de noviembre de 1949.