Cuando las aguas del Guaire empezaban a salirse de su cauce habitual aquel viernes 4 de noviembre de 1949, el tiempo corría con vértigo. El apacible riachuelo que atravesaba la ciudad desde tiempos inmemoriales, de pronto se convertía en un desenfrenado y violento río.

La corriente crecía veloz. Así fueron sorprendidos los barrios improvisados emplazados a sus orillas y debajo de los puentes. Sectores como Quinta Crespo, El Paraíso, San Agustín, San Juan eran los más proclives a sufrir los embates del desastre que se avecinaba.

Allí por años se habían construido ranchos humildes de cartón, hojalatas y tablas de madera. Eran, en su mayoría, gente de la provincia que venía a la capital a ganarse la vida, buscando mejores condiciones de progreso material y económico.

Puede decirse solo una cosa: los vecinos no sabían si abandonar aquellos hogares, si salvar sus enseres o proteger a sus hijos. Los perros ladraban; las sirenas sonaban; y la lluvia no cesaba. Eran minutos cruciales.

A los alrededores del Puente de Dolores, en Quinta Crespo, la imagen lo dice todo: “El éxodo era patético. Las madres clamando auxilio tomaron en sus brazos a sus pequeñuelos, envueltos apenas en alguna frazada, y ganaron,ateridas, la plataforma del puente, o vadearon el río”.

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Un héroe: Genaro Hernández

A solo un mes de ingresar al cuerpo de Policía de Caracas, el agente policial Nº 543, Genaro Hernández Regalado, se cubrió de gloria aquel viernes fatídico. Según las crónicas de la tragedia recogidas en la prensa caraqueña, logró salvar en Puente Hierro a 18 personas de las tumultuosas aguas del Guaire.

           Pidiendo permiso a su oficial superior, Genaro se lanzó al río con la ayuda de un mecate amarrado a un árbol y a un carro. “Fue la última persona que saqué del río -explica-; era una mujer joven y en su desesperación, tiraba golpes y hacía lo imposible por mantenerse a flote. Para evitar que las aguas nos arrastraran tuve que asirme a unos alambres de púa y me corté la palma de las manos, pero no fue nada de importancia”, relata el agente horas después en el Puesto de Socorro, sede de la Comandancia de la Policía.

Genaro, natural de La Guaira, se sumergió más de seis veces en menos demedia hora, desafiando la muerte de cerca. “Finalmente me faltaron las fuerzas y salí del río, pero como seguían pasando víctimas de la corriente volvía lanzarme, esta vez asegurado a un mecate que me permitía descansar sin luchar contra la corriente”, explica.

“El agua debe haber sorprendido a la gente en el interior de los ranchos, pues pasaban con gran rapidez. Por lo menos vi pasar a ocho a las que no pude prestar auxilio: esa gente debe haber muerto ahogada o sepultada bajo los restos de los ranchos y grandes troncos de árboles que arrastraba la corriente”, puntualiza para el diario La Esfera.

Genaro tuvo que ser hospitalizado por algunas horas por presentar un desmayo, aporreos en la cabeza y heridas en sus manos. Su retrato recoge fielmente lo que se vivió en aquella jornada: la valentía de hombres y mujeres que colaboraron al salvamento de vidas humanas.

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La cooperación inmediata

Las labores salvamento se realizaron, principalmente, en El Conde, Puente Restaurador, Avenida San Martín, El Paraíso, Puente Sucre, Maternidad Concepción Palacios, Puente Soublette, Los Molinos y Puente Dolores.

Actuaron cuatro elementos de tropa en las operaciones: el Cuartel de Bomberos de Caracas, la Policía de Caracas (con cerca de seiscientos agentes) y 55 radiopatrullas, la Guardia Nacional, la Policía Militar. También actuaron civiles.

Muchos agentes policiales y bomberiles resultaron heridos en el fragor de rescate. Tal es el caso del cabo Harry Castaneiro, quien salvó a una niña apunto de ahogarse en Puente Hierro y sufrió contusiones en su pierna izquierda y aporreos en su rostro.

La Comandancia General de Policía de Caracas resolvió a ascender a 13 agentes a grados superiores por mostrar valor y vocación en el ejercicio de sus deberes durante las horas angustiosas que se vivieron.

En el oficio de la Comandancia se lee: “No ha querido dejar pasar inadvertida la labor sobrehumana y heroica de un grupo de clases y agentes que con verdadera vocación policial y espíritu de sacrificio se destacaron en el cumplimiento de su deber”.

La lista de los catorce funcionarios que fueron ascendidos a cabo 1º es la siguiente: Elías J. Méndez; Federico Sandoval; Julio César Acosta; José Antonio Malavé; Pablo Hernández; Blás García; Juan Bautista Pino; Gabino Valdés; Genaro Hernández; Eulalio Padilla; Pablo Perdomo; J. Zambrano; Víctor Zambrano; y Harry Castaneiro.

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¿Un anónimo o un ángel?

Resalta el casode un héroe anónimo que salvó a dos menores de edad y tres ancianos en El Paraíso.

Una anciana, abuela de las menores Gloria y María, de 3 y 5 años respectivamente, fueron salvadas por un sujeto “desconocido” a quien menciona“con palabras de gratitud y fervoroso agradecimiento” en la crónica de El Universal.

Este hombre arriesgó la vida para salvar a las pequeñas a punto de ser arrastradas por el río debajo del Puente Ayacucho y ahogarlas por el lodo y demás objetos.

“El agua las sacó del rancho, cerca del Club Paraíso y ya se las llevaba hacia el río, cuando vi a ese señor que se lanzó desde el puente y nadó hasta alcanzar a las dos niñas, trayéndolas luego a donde yo pude correr”, refiere la anciana.

Minutos después, el mismo sujeto rescató a otros niños y desapareció “sindejar rastro”.

También se dio el caso de muchos padres que arriesgaron su vida para salvara sus pequeños. Así lo contó Melchor Friznedo, quien contó con suerte y pudo salvar a Jesús Guillermo y a Guillermina, ambos menores de edad, luego delanzarse como pudo a la corriente y sacarlos con vida.[7]

Episodios heroicos de la tragedia del Guaire que no debemos olvidar.

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Lo que trajo la luz del sol

En coyunturas difíciles como las que producen los desastres naturales, la sociedad saca la luz para levantarse de nuevo. Al leer las crónicas sobre la tragedia del Guaire, resalta a la vista numerosas iniciativas tanto del Estado como de organizaciones sin fines de lucro para ayudar a las víctimas de la crecida.

El Gobernador del Distrito Federal, general Juan de Dios Celis Paredes, en la mañana del miércoles 8 de noviembre instaló el Comité Pro Damnificados del Guaire. En dicho Comité se reuniría lo más granado de la clase empresarial y civil de la sociedad caraqueña de entonces para unificar esfuerzos y dar respuesta concreta a los miles de damnificados.

Eugenio Mendoza (presidente), José Loreto Arismendi (vicepresidente), José Beracasa (tesorero) y Gonzalo Palacios Herrera (secretario) figuran en la lista principal del Comité, que tuvo cinco subcomisiones distintas: 1) de Propaganda;2) Estudios sobre causas y efectos de inundación; 3) Planificación de viviendas; 4) Distribución de ayuda; y 5) Recaudación de fondos.

Alfredo Brandt, Carlos Eduardo Frías, Gustavo Zingg, Andrés Boulton,Gustavo Vollmer, Pedro Sotillo, Luis Enrique Lander, Manuel Guillermo Díaz,Guillermo Tamayo, entre muchas otras personalidades, figuran en estas subcomisiones de ayuda.

Noble tarea recayó también en la Junta de Administración Municipal de Caracas, liderada por Margot Boulton de Bottome, quien desde tempranas horas del sábado ya reunía recursos y comida para los afectados de la tragedia como el Antero Muñoz.

Muñoz, agricultor padre de familia, padre de siete hijos, que vivía bajo el Puente Paraíso. Se lee en la nota: “El señor Muñoz perdió todas sus pertenencias. Al ser interrogado sobre sus necesidades más perentorias y sobre sus aspiraciones futuras, dijo que quería se le dieran ropas y los pasajes para regresar a su lar nativo Cúa, en el estado Miranda, de donde salió hace cuatro meses atraído por el señuelo de mejor vida”.

[Continuará]