Tragedia del Guaire del 4 de noviembre de 1949 No 3: La ciudad necesita controlar el Guaire

La tragedia del 4 de noviembre de 1949 reveló las heridas de la Caracas urbana y petrolera, centro del poder político, cosmopolita, apresurada y cambiante. Así como la ciudad crecía exponencialmente, también fueron aumentando las necesidades y urgencias espaciales de la urbe. Mientras esto pasaba desde 1936, el Guaire fue quedando a espaldas de la modernidad. 

Ya Caracas en 1943 ―transformada por el afán del presidente Isaías Medina Angarita― tenía una población de 400 mil habitantes, un salto demográfico considerable que se elevará en las décadas siguientes. Esto se traducía en el abandono de la vida agrícola de la provincia y la apuesta por la ciudad, esperanza de progreso que prendía en miles de venezolanos. 

Arturo Úslar Pietri describe así el contexto histórico de esta Caracas que se inunda y enluta en noviembre de 1949: 

“Gran parte de ese crecimiento se hace con la afluencia diaria de gente que llega de los campos sin destino económico en la ciudad. Son los que van  llenando los cerros de chozas, los lechos de las quebradas de cabañas de madera y de niños harapientos, las esquinas céntricas de billeteros, buhoneros y vagos. Toda una población desplazada que huye del campo en busca de los atractivos de la gran ciudad. Que abandona las tareas de labranza, las siembras y los animales para aumentar el número de los que vagan en las arterias urbanas en busca de un destino económico incierto”. 


Una tragedia esperada

El Guaire era un problema urbano desatendido por décadas en una Caracas eclipsada por las grandes obras como la de El Silencio. Por un lado, la ciudad reflejaba la ausencia de un programa sanitario coherente, atenido a las circunstancias históricas y sociales; por otro lado, mostraba la debilidad del sistema de planificación de la vida urbana: el acceso a viviendas dignas y servicios públicos de calidad. 

La ciudad seconfió del río, pobló caóticamente sus orillas. La bomba de tiempo de agua y lodo se fue encubando…

El 4 noviembre de 1949 estalló en la cara de la Junta Militar de Gobierno. ¿Estaría preparada la militarada, apuntalada por Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez Jiménez, para iniciar la transformación del milenario cauce mediante el buldozer petrolero?  

Pese a que el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) había inaugurado obras claves como las presas de Macarao, La Mariposa y Agua Fría, apenas estaba naciendo una infraestructura hidrosanitaria. No existía la fuerza estatal para atacar, en forma orgánica, las condiciones críticas que el Guaire zanjaba.

“Enemigo porque lo hemos convertido en ello. Sus vegas pudieron, ante la urgencia de espacio para las construcciones, ser tomadas y utilizadas, pero previas las precauciones del caso. No así entrando a saco, sin ley ni respeto, como si no contara el Guaire con una extensa hoya hidrográfica en la que alguna vez habría de llover considerablemente. Y allí se tiene el resultado”, se lee en la editorial de El Universal. 


Caracas, sueño dorado

Ya desde febrero de 1948, en los meses finales del gobierno de Rómulo Gallegos, el ministro Edgar Pardo Stolk, Ministro de Obras Públicas (MOP) presentó a discusión un proyecto de canalización de río Guaire en la sede del INOS en Caracas. 

Dicho plan contemplaba “el futuro trazado, estabilización del cauce y modificación en los sistemas cloacales”. Meses antes, el presidente de INOS, inauguró un colector de aguas servidas en el margen izquierdo del Guaire a la altura de La Carlota. Ya se estaban moviendo las primeras fichas institucionales para la transformación del río. 

Sin embargo, la velocidad de los cambios hidrosanitarios impulsados en la primera mitad del siglo XX no era tanta como para vencer el ritmo desenfrenado de la inmigración del campo a la ciudad, lo que Rogelio Altez denomina el fenómeno de la desruralización. 

Según el censo de 1941, el 60,8 % de las viviendas fueron calificadas como “ranchos”; el 36% eran “casas de albañilería”, y solo 0,6% vivía en “apartamentos”. Los ranchos sumaban 406.460 y allí residían 2.109.951 personas del total de 3.850.77 habitantes del país. En el editorial del Ultimas Noticias se ventila lo siguiente horas después del desbordamiento: 

“El problema de la crisis de habitación en Caracas como el que existe en todo el país, no puede resolverse, en muy poco tiempo como muchos quieran; este será el producto de una intensa tarea en muchos frentes, pero sin duda alguna, la canalización [del Guaire] de que hemos hablado, impondrá forzosamente con la disminución de los desesperados inquilinos, casi lacustres, el aprovechamiento de mucha tierra para ensanchar zonas urbanizables, la defensa de muchas vidas humanas y la desaparición de desastres, que como el viernes pasado, constituyen una calamidad social”. 

Mucho que hacer, mucho que construir. Pero en medio del terror de la inundación, la gente de a pie se ve sola e indenfensa. Movida por el miedo, no entiende de razones ni de números estatales. La sobrevivencia impone respuestas inmediatas y pragmáticas: la vulnerabilidad y la naturaleza no son buenas esperando…

Son pocos los habitantes que reaccionan: ¿era hora de regresar al campo? La respuesta la obtenemos en La Esfera. El columnista Liborio conversó con un sujeto que miraba aquel “suicidio” de construir ranchos a las orillas del Guaire. Aquel se miró en el espejo de los cientos de personas que se quedaron sin nada. Era, según él, un trabajador más, iletrado, que había llegado a Caracas a trabajar de sol a sol. 

Decía ese buen hombre que si él quisiera formar familia, tener hogar, no pensaría quedarse a vivir en Caracas, y menos en uno de los tantos sitios de peligro donde se concentra la población proletaria de la ciudad”, apunta. “En una palabra, ese buen hombre conocía el remedio de muchos de nuestros males sociales”. 


Las propuestas del dragado

El gobernador del Distrito Federal, general Juan de Dios Celis Paredes, se reunió en su despacho con comerciantes e industriales de la capital el martes 8 de noviembre de 1949, entre otras cosas para fundar el comité pro damnificados del Guaire. 

En la rueda de prensa, el Gobernador dejó en claro dos elementos: uno, su compromiso de no dejar que se construyesen nuevas viviendas a una distancia no menor de 25 metros del río; y dos, asoma que el MOP estaba recomendando, desde hace meses, ahondar el seno del río en cuatro metros de profundidad. 

El ingeniero Oswaldo Massei declaró para el Ultimas Noticias que “con 40 millones de bolívares serían suficientes para proceder a la rectificación de río”. Una inversión que alcanzaría para realizar “el dragado, sampeado y la construcción de muros de defensa” entre Antímano y El Rosal. 

Si se construyesen muros de defensa adecuados, el Guaire no podría ser una amenaza también para los propietarios de industrias y comercio que perdieron millones en mercancía y equipos entre Quinta Crespo y San Agustín. Los que existían a esa altura del río habían sido construidos con sus mismos capitales; y tampoco lograron frenar la devastación. 

Sin embargo, la propuesta de Juan Torrealba, en su columna La canalización del Guaire, plantea esta solución interesante: había que dragar el rio aproximadamente en 20 kilómetros … “desde Las Adjuntas, 2 metros por lo menos y levantando a lo largo de ambas márgenes, un muro de contención; en una palabra: hacer una obra similar en punto grande, a la que se hizo con el Catuche y el Anauco; constátese como la canalización  de esos dos pequeños ríos, preserva de la inundación a los sectores por donde pasa”. 

Torrealba agrega además un detalle bien curioso: “Si en el año 1947 se hubieran organizado cuatro equipos, uno, iniciando los trabajos desde las Adjuntas; otro, a partir del Empedrado; otro, a partir de Puente de Hierro y otro a partir del Puente Mohedano, quizás no se registrara la tragedia que hoy lamentamos, o por lo menos, se hubiera atenuado”, finaliza.

Las viviendas improvisadas a las orillas del Guaire abrió las heridas de una Venezuela desigual en términos sociales. Revista Elite. Noviembre, 1949


Embaular el rió: “error” y “casi un delito”

Es interesante escuchar los planteamientos de ingeniería que se ventilaron a raíz de la tragedia del 4 de noviembre de 1949. El más curioso de todos es la propuesta del Dr. Ramiro Nava, la cual fue publicada en El Universal. 

Según la breve reseña que hace el diario, Nava era el cerebro del “Proyecto “Gran Canal Orino-Mar Caribe” y el 8 de noviembre envía a la redacción copia de la carta que le remitió al teniente coronel Delgado Chalbaud, Presidente de la Junta Militar, pidiendo “permiso” para realizar la canalización del Guaire y convertirlo “en un río navegable”

Como testimonio histórico, la carta de Nava vislumbra la Caracas posible, una ciudad que se abría a posibilidades urbanísticas prometedoras.

“Yo tengo hoy dos poderosas compañías extranjeras que pondrían el capital necesario para la canalización y navegabilidad del Guaire y con ellas se pondría a Caracas al abrigo de otra inundación, y obtendría una vía navegable para personas y carga, pues el embaulamiento que se pretende es un error muy grande o casi un delito, puesto que el río Guaire es un río histórico y tradicional y en un tiempo fue navegable hasta Antímano por embarcaciones de bajo calado o transportes de maderas”.

La obra de canalización propuesta por Nava incluía la resolución del problema habitacional en la ciudad. Es decir, un proyecto de largo alcance que prometía la reurbanización del espacio afectado con una mirada futurista, pero también aportaba respuesta a la cuestión social tan crítica para entonces.

“Esta obra tendría más de cincuenta mil edificios que podrían albergar a quinientas mil personas, y estarían dentro de 36 meses habilitados (…) Esta obra hidráulica, rural, urbana y marítima, trae 40 mil habitaciones o casas que albergarían a 400 mil personas, y en nada se opone a la Autopista ni a ninguna otra”.

¿Qué tanto de esta propuesta fue escuchada por el Ejecutivo? ¿Causaría un eco positivo en Miraflores? La transformación del medio físico del perejizmenismo tendría la palabra años después…

Centeneras de damnificados fueron atentidos por las autoridades del Distrito Federal. Ultimas Noticias. 6 de noviembre de1949


El Guaire se defiende

¿Y el río puede defenderse? Escuchar a la naturaleza es posible con la ayuda de la imaginación y la ironía. José González González, en su columna Las razones del Guaire, transcribe la entrevista que sostuvo con el caudal “tan silencioso, aunque oloroso”, entre otras cosas para “que la gente de este país sepa que no debe abusarse de los chiquiticos”. Extraigo aquí los pasajes más mordaces: 

Como en la canción cubana ‘se cansa uno’. Bien sabe usted que yo tengo años soportando los excesos de la población caraqueña… Yo aguantaba lo de las cloacas, porque, al fin y al cabo, hay que darse cuenta de las necesidades de los demás. A los dos días de mi salida de madre, como usted dice, las gentes empiezan nuevamente a vivir bajo los puentes (...) 

Un gobierno que quiera hacer una buena política de viabilidad, puede perfectamente construir varios puentes y, debajo de ellos, empotrar algunas camas, a la manera que mientras mayor sea la altura de los puentes, con más facilidad podría darse alojamiento a los desplazados de ésta y de otras inundaciones.

En este momento, el río deja pasar dos maletas, tres baúles y un escaparate. Son una especie de pasa-palos. Medita un instante y dice:

Mucha de la gente que vive bajo los puentes tiene realmente necesidad de ello. Otras lo hacen por ese placer de vivir en Caracas sin pagar casa, lo que es, en mi concepto, la máxima aspiración de todo buen caraqueño. Si se hiciera una investigación por intermedio de las trabajadoras sociales, podría encontrarse que muchas de las familias que habitan bajo los puentes tienen jefes que devengan salarios superiores a diez bolívares diarios. Como no encuentran casa y necesitan vivir en Caracas, porque Caracas es en donde han conseguido trabajo, se acogen a los puentes, sin mayores discusiones, porque el que duerme a la intemperie lo hace una vez por sport pero si se hace siempre es por necesidad. De manera que los que viven bajo los puentes no lo hacen por extrema imposibilidad de conseguirla. Muchas veces, pues, aunque haya plata no se consigue casa. 

    El río hace un paréntesis para dejar pasar algunos objetos que no son para ser nombrados y prosigue:

Observa usted cómo hasta los inmigrantes viven bajo los puentes. Es una cosa romántica, según dice la canción de los puentes de Paris; pero aquí es una vergonzosa exhibición que demuestra cómo ni para los propios ni para los extraños hay alojamiento. Lo mejor que podría hacer ahora el gobierno es ponerse a hacer casas, para todo el que las necesite … no hay dudas de que este país no proseguirá soportando la ignominia de tener tanto oro con tanta  gente debajo de los puentes. En el  fondo, sé que soy egoísta; pero si me quito de al lado, sin violencia, a los sin techos, qué alivio compadre. (…)

Ahora si lo que quieren es embaularme, hacen bien porque un río como yo, con tanto ladrón, corre peligro. Vista mi eficacia en los almacenes, para arrastrar vehículos, lavadoras, y neveras, no sería difícil que los ladrones se aprovecharan de mis habilidades. Y si el gobierno no me quiere, a lo mejor los ladrones me buscan”. 

    Y con estas palabras, concluye la entrevista. Si al lector no le gusta, queda en libertad para hacer otra, porque el diálogo con el Guaire es de las pocas cosas libres que todavía quedan en este país”.

Fuentes


-Guillermo José Schael. La ciudad que no vuelve. Caracas, Gráficas Edición de Arte, 1968, p. 180. 


-Arturo Almandoz. La ciudad en el imaginario venezolano II. De 1936 a los pequeños seres. Caracas, Fundación para la Cultura Urbana, 2004, p. 21. 


-Manuel Caballero. [Firmado M. Ca.] “Junta Militar de Gobierno”. Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas, Fundación Polar, 1998, Tomo 2, pp: 853-854.


 -“Actualidad nacional. Causas y efectos de una tragedia”. El Universal. Caracas, 6 de noviembre de 1949. 


 -“El INOS estudia la canalización del río Guaire”. La Esfera. Caracas, 22 de febrero de 1949. 


 “Construido hasta cerca del aeródromo de La Carlota el colector del río Guaire”. La Esfera. 15 de noviembre de 1947.


-Rogelio Altez. “La sociedad en el siglo XIX venezolano: La desruralización”. Prodavinci. Publicado el 13 de diciembre de 2020. Versión web: www.prodavinci.com/la-desruralización/ 


 -“Cosas del día: Ante los estragos del Guaire”. Ultimas Noticias. Caracas, 6 de noviembre de 1949.


 -“Reflexiones en torno a la inundación”. La Esfera. Caracas, 7 de noviembre de 1949.

 

- “No tendrán más habitantes los puentes de Caracas mientras sea gobernador el general Celis Paredes”. La Esfera. Caracas, 9 de noviembre de 1949. 

  -“Con unos 40 millones se solucionará definitivamente el problema del río Guaire”. Ultimas Noticias. Caracas, 8 de noviembre de 1949. 


  -“Comerciantes e industriales de la zona del su piden dragado y limpieza del Guaire”. El Universal. Caracas, 7 de noviembre de 1949. 

  

-Juan Torrealba. “La canalización del Guaire”. El Universal. Caracas, 8 de noviembre de 1949. 

  

  -“Hacer del Guaire un río navegable ha propuesto de nuevo el Dr. Ramiro Nava”. El Universal. Caracas, 11 de noviembre de 1949.


-José González González. “Las razones del Guaire”. El Universal. Caracas, 9 de noviembre de 1949.

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