72 kilometros que quieren recuperar la pureza

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Uno de los precursores de tratar el agua del Guaire hasta convertirla en potable fue Renny Ottolina, a quien la idea le pareció tan viable que hasta la probó. Y es que en la década del 70 hubo una convención sobre Derechos del Mar y el recordado animador hizo varios programas de este tema y otros relacionados con los ríos e invitó, a uno de ellos, a José Rafael Hurtado y Celestino Martínez, ambos ingenieros y quienes habían construido una planta experimental de tratamiento de aguas servidas. En esa oportunidad, y para corroborar que el agua proveniente del Guaire estaba totalmente libre de coliformes, bichos y demás impurezas, bebieron en público del líquido y hasta “disfrutaron” posteriormente de unos whiskies con agua tratada del río, según recuerda el también ingeniero Eduardo Martínez.

Pero no hay que entusiasmarse con esta idea, pues los especialistas que están a cargo del Proyecto Saneamiento del Río Guaire descartan esta posibilidad pues, si ciertamente una vez canalizada el agua pasa a una planta de tratamiento y de allí sale inodora y limpia, aún tiene materias orgánicas, por lo que no es apta ni para ser consumida ni para bañarse.


Agua que no has de beber…

Nace en Las Adjuntas, donde se unen los ríos Macarao y San Pedro. Tiene 25 afluentes y 35 de sus 72 kilómetros pasan por el Área Metropolitana. El Guaire termina su recorrido en el río Tuy. Está pautado que para el año 2014, sus aguas pierdan la turbiedad y fetidez que hoy las caracterizan y los caraqueños puedan disfrutar de sus riberas como un espacio para el esparcimiento.

La primera fase de los trabajos para su saneamiento comenzó en agosto del año 2005 y se ha cumplido 78.4% de los contratos suscritos para estas obras. Implica la limpieza y dragado en los afluentes del Guaire así como la canalización del río San Pedro. Esta fase equivale a 22 por ciento del total de las obras que deberán culminar en el año 2014 e implicó una inversión de 322,176 millardos de bolívares, de los cuales 128,676 fueron aportados por la Corporación Venezuela del Petróleo, CVP y 193,500 del Fondo de Desarrollo Nacional, Fondene. No obstante, aún faltan algunas obras de esta primera etapa, pues la canalización y tratamiento del río, ha significado mucho más que hacer trabajos hidráulicos.

En la segunda etapa se construirán colectores para los principales afluentes del río, desde la quebrada Anauco hasta El Llanito. Está previsto que se instalen tres plantas de tratamiento para ello y se prepararon estudios de factibilidad. Actualmente está lista y en funcionamiento la del Chorrito, ubicada en Los Teques. 


Catuche

Gregorio Rocco, coordinador de obras del proyecto de Saneamiento del Guaire, explicó que también se están haciendo trabajos de mitigación de riesgo, para evitar situaciones como las ocurridas en Vargas en 1999. “Catuche es una de las cuencas pilotos donde se están construyendo las primeras presas de contención de sólidos”.

Hay dos vías para acceder a la presa: una estrecha caminería que asemeja al empedrado Camino de los Españoles, ubicado en La Pastora y la otra, una delgadísima trocha por donde los obreros subían, en sus espaldas, los inmensos peñones con los que no se construía la obra.

“Cuando observé eso mandé a hacer un camino y fue luego de esto que reiniciamos los trabajos, porque si no, íbamos a pasar la vida, cual egipcios, trayendo la pesada carga”, cuenta Rocco, quien narra el episodio como una de las complicaciones que han tenido que sortear durante cada uno de los trabajos de esta primera fase. 

Tres pilares de metro y medio de espesor y tres metros de alto, conforman la presa abierta, que es el primer muro de contención que impedirá que una situación similar al deslave de 1999, vuelva a repetirse. Otros dos más, construidos con muros más pequeños que continuarán impidiendo el paso de sólidos, integran el total de la obra.


Del Chorrito pero no para beber

Otro de los trabajos de esta primera etapa es la planta de tratamiento de aguas servidas El Chorrito. Tiene una capacidad para procesar 400 litros de agua por segundo y un caudal máximo de 1.000 litros all mismo tiempo. Su construcción y equipamiento tuvo una inversión de 70,2 millardos de bolívares.

“En esta planta se utiliza tecnología de punta, el sistema es totalmente automatizado, y no se usan químicos para limpiar las aguas”, explicó la ingeniera Keirne Toro, responsable de operación y tratamiento, mientras mostraba las instalaciones.

“Aquí utilizamos lo que se llama el sistema organoléptico, tocamos, olemos el agua, no la probamos porque no es posible, pero no se utilizan químicos sino que se limpia el agua a través de un sistema de aireación que oxigena el líquido y alimenta el llamado Lodo Activo, una bacteria que se come a los coliformes y demás materias orgánicas que contaminan el agua que al final del proceso queda limpia, no apta para beber o bañarse pero libre de la mayoría de contaminación y sin olor”, señala Toro. En la planta sólo se percibe mal olor en las cercanías de la tanquilla donde llegan aguas servidas directamente del Guaire. En el resto de las instalaciones, no hay fetidez.

Para Rocco ésta y las demás plantas de tratamiento que se lleven a cabo, son neurálgicas. “Las plantas son de vital importancia porque es a través de ellas que se limpia el agua. Pueden estar ubicadas en cualquier urbe y no se perciben malos olores, de hecho, una vez que el agua pasa de la tanquilla principal donde llega directamente del Guaire a las demás zonas donde comienza a tratarse, va perdiendo la fetidez y cuando sale hacia el río nuevamente, ya no huele a nada. En Bangkok hay una en plena ciudad”.

“Aquí hay personal día y noche porque funciona las 24 horas, hay un comedor y áreas de descanso para los trabajadores. Lo único que requerimos es de mayor seguridad, en días pasados hubo un asalto y varios sujetos se llevaron material de laboratorio y las pertenencias de quienes se encontraban laborando. La Guardia Nacional nos proporcionó mucho apoyo cuando estábamos construyendo la planta, pero requerimos de su presencia permanentemente”, indicó Toro.

Abrir una cicatriz a Caracas

“El saneamiento del río Guaire es factible, es real, pero significa la intervención de urbanizaciones y barrios y también amerita la colaboración de la comunidad”, dice José Guerra, director general de Equipamiento Ambiental del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, quien explicó que cuando comenzaron a realizar las obras hidráulicas, encontraron que para rehabilitar e instalar nuevas tuberías tenían que expropiar, pues muchas personas habitaban en las cercanías; que en las orillas del Guaire vivían indigentes, que había que hacer reparaciones y nuevas obras y que era imprescindible la participación ciudadana.

“¿Quiénes son responsables del saneamiento del Guaire? Pues todos los que hacemos vida en la ciudad, por lo que el proyecto está concebido sobre tres pilares: el de ingeniería, que tiene que ver con la construcción y rehabilitación de colectores de las redes de recolección de aguas servidas y de lluvias; el urbanístico, que impone la intervención de barrios y urbanizaciones por sus cercanía al río y el social, pues integramos a la comunidad al plan”, dijo Guerra. 

Señaló que para hacer la planta de tratamiento de aguas de El Chorrito, en Los Teques, tuvieron que trabajar conjuntamente con el Metro de Caracas, pues los terrenos en que iba a construirse la planta pasaría el tren. Trabajamos conjuntamente con Cametro y negociamos con la comunidad. Hubo que expropiar a 149 familias e indemnizarlas por un monto de 11,18 millardos. Fue un proceso largo pero se logró”. La cancelación de esta indemnización fue parte del costo total del proyecto.

Por su parte Gregorio Rocco enfatizó que otro de los objetivos del proyecto es que estas obras también signifique la posibilidad de empleo para los lugareños. “El saneamiento del Guaire es un trabajo que nunca se va a terminar, no porque no se pueda hacer lo pautado, sino porque después de hacer los trabajos hay que darles mantenimiento para que no se deterioren y en esto debe participar la comunidad”.

El coordinador de las obras de saneamiento asegura que “los trabajos de ingeniería son complejos pero totalmente factibles. Las aguas servidas caen al río Guaire, lo que hay que hacer es evitar que caigan allí ¿de qué manera? Construyendo o rehabilitando colectores para que esta agua llegue allí. Los colectores deben atravesar todo el río, desde San Pedro, donde nace, hasta Petare. Una vez que estén listos, el líquido se llevará hasta una planta de tratamiento donde se devolverá al río desde donde seguirá al mar”.

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